Cuando las
mujeres reafirman su relación con la naturaleza salvaje, adquieren una observadora interna permanente, una conocedora, una visionaria, un oráculo, una inspiradora, un ser intuitivo, una hacedora, una creadora, una inventora y una oyente que sugiere y suscita una
vida vibrante en los mundos interior y exterior.Cuando las
mujeres están próximas a esta naturaleza, dicha relación resplandece a travez de ellas.Esa maestra, madre y mentora salvaje sustenta contra viento y marea, la
vida interior y exterior de las
mujeres.Si estas están aplastadas,ellas las empujan hacia arriba. Si las mujeres son libres, ella también lo es. Afortunadamente, cuantas veces la hace retroceder, ella vuelve a saltar hacia adelante. Por mucho que se la prohíba, reprima, constriña, diluya, torture, hostigue y se la tache de insegura, peligrosa, loca y otros epítetos, ella vuelve a aflorar en las mujeres, de tal manera que hasta la mujer más reposada y la más comedida guarda un lugar secreto para ella. Hasta la mujer más reprimida tiene una vida secreta con pensamientos y sentimientos secretos lujuriosos y salvajes, es decir naturales. Hasta la mujer más cautiva conserva el lugar de su yo salvaje, pues sabe instintivamente que algún día habrá un resquicio, una abertura, una ocasión y ella la aprovechará para huir.